Me despierto sobresaltado y confundido, como queriendo cambiar realidad por fantasía. Es tan difícil querer a quien deseo, solo se hace realidad en mis sueños. Es increíble como aparece dentro de mi mente cuando estoy durmiendo, Ilusiones forjadas en orfebrerías abandonadas, caminantes de sendas olvidadas marchan y desfilan delante de recuerdos de un pasado, que no quiere ser más pretérito sino presente y futuro. El sueño hace realidad mi fantasía y la fantasía me recuerda que fue solo un sueño, el día se me hace largo esperando la noche que es de imaginaciones y ensueños, que nacen y luego renacen queriendo sobreponerse al paso inevitable de las horas que quieren darles fin para pasar a toda prisa a lo estrictamente mundano y practico. Mundos diferentes conviven cada día en mi cabeza, cual fantasmas en medio de la oscuridad de la noche de mis pensamientos. Faroles encendidos llevados por manos temblorosas, cruzan sigilosos como queriendo no ser descubiertos y llevados súbitamente a la luz del mundo exterior, muchas cosas protejo en la bodegas interiores y oscuras de mi ser, en el otro mundo que se hace presente cuando cae la noche en la bucólica soledad de mi casa, cosas que es preferible guardar, antes que el oído atento o la voz sonora transformen la verdad en ficción producto de interpretaciones falsas y apresuradas.
