jueves, 2 de septiembre de 2010

"Me gustaria"


Me gustaría ser un ermitaño, caminando por el mundo sin saber hacia donde me dirigo, poder disfrutar de las cosas simples y con ellas solo contentarme, poder decir me iré de viaje, recorrer el cerro, recoger sus plantas y ofreciéndoselas al amor ideal decirle cuanto la sueño y espero.
Me gustaría estar en mi casa a la luz de la salamandra y con un buen café conversar con mi padre de la manera de arreglar el mundo y con buena música, películas, libros olvidar el mundo real y sumergirme lentamente en situaciones fantásticas y paraísos ya olvidados.
Me gustaría no pensar en el futuro, sino vivir el presente y pensar en el pasado solo para saber que no debo volver a equivocarme, quizás todo tiempo pasado fue mejor porque en la infancia no hay futuro y el pasado no se recuerda, el presente no interesa porque en esta etapa de la vida no se parece nada al presente que vendrá después, que feliz es uno al encontrarse cuando pequeño una hoja y hacer de ella un barco, todo parece ser lo que para los grandes no es, que imaginación la de antes y que poca nos queda a los ya grandes.
A media que pasa el tiempo la realidad es mas obvia y la fantasía menos visitada, las hojas de antaño ya no son barcos, sino otoño y el inminente cambio de estación. - Se acerca el invierno y hay que empezar a abrigarse dice mi madre. Nadie piensa en recibir a la lluvia que viene a recordarnos nuestra casa. Esa misma lluvia estará a estas horas cayendo sobre el tejado de mi casa y resbalando por las viejas tejas coloniales, caerá en la misma posa que yo jugué en otros tiempos. Que triste estará al estar tan quieta y al no tener ya ese barco que navegaba sobre sus aguas, tristemente, se dirá: ya puedes borrarte y extinguirte, que lo que fue útil en un momento, ya no lo es ya cuando sucumbe al paso del tiempo.
Oh casa de mis victorias y fracasos, hoy te evoco con una mezcla de tristeza y alabanza, me siento extraño acá lejos de tus grandes murallas, lejos de aquel olor a adobe a tierra lejana, el jardín esta ya dormido un poco de juventud, ya falta en la casa, el tiempo termina por acabarlo todo, por sepultar el recuerdo y barrer el pasado. Hace meses resististe el terremoto que quiso despertarte y derribarte, sin embargo ahí te quedaste digna y en pie como te has mantenido desde hace un poco más de 100 años, hace falta más para acallarte, Vieja testarura, pero nunca olvidada.