sábado, 15 de agosto de 2009

"la carcel de mis ilusiones"


Quisiera no estar aquí. En esta selva de cemento y frialdad donde la vida se transforma solamente en un suspiro momentáneo, en donde los días parecen todos iguales y se convierten en verdaderas cárceles para un hombre que ansía la libertad.
Quisiera no tener que pensar en el futuro. vivir solo el día a día y recordar el pasado solo para saber que no debo volver a equivocarme. Me pregunto si algún día podré cortar estas cadenas que me atan a una vida modelada y desde muy antes ya forjada, ojala pudiera algún día encontrar la llave en medio de esta oscuridad que me acorrala y no me deja ver mas allá de lo que mi carcelero quiere que vea. Me pregunto porque me muestra solo maravillas y desea siempre sumirme en la diversión más adictiva. Porque se fascina con mi risa y goce individual. Parece que le gusta que me despreocupe de las cosas que hablan aquellos libros de religión y de política social que antes tenia en mi habitación y el me hizo cambiar por el aparato que ahora uso para contar lo que me sucede. El no debe enterarse que retome de nuevo mis lecturas de los últimos libros que alcancé a rescatar antes que mi biblioteca fuera quemada tristemente por tener solo ejemplares que hablaban de pan y libertad, igualdad, justicia y caridad. Me tiene preocupado que pueda llegar. abrir la puerta y saber que las ideas no se tranzan ni se compran con regalos y un poco de amistad.
Sigo leyendo y lentamente lágrimas heladas caen por mis mejillas rabiosas. Leo las historias de personas que quisieron cambiar el mundo y murieron cobardemente asesinadas por manos que solo tenían como arma su fuerza, su espada y su individualidad, me siento oprimido pero se que como muchos no tengo mas armas que mi corazón y mis palabras para desvelar lo que mis ojos ven a pesar de la oscuridad y la niebla que en torno a mi trata de generar aquel que trata de cambiarme. A pesar de todo no siento odio por el sino compasión y pesadumbre me doy cuenta que no soy yo el único que esta encarcelado. El también lo esta pero tristemente no se da cuenta, el así lo quiere y se siente orgulloso de cumplir las ordenes de aquel que tras las sombras cobardemente lo alecciona cada día con sus artificios y artimañas.
Yo en cambio estoy encerrado aquí en contra de mi voluntad y deseo con todo mi corazón poder algún día volver a ser libre, acá los libros, la música, las películas que hablen de pobreza y desigualdad están prohibidas pareciera que fueran cosas de otro mundo y mentiras que alguna vez escribió gente desquiciada y perturbada. Eso por lo menos dice mi carcelero quien por su aspecto no parece para nada un mal hombre. El solo obedece y no se pregunta mas allá de lo que su jefe os dice al igual que yo tiene miedo, miedo de perder su puesto, de perder su empleo pero yo se que en el fondo no es un mal hombre. Lo e oído llorar en medio del silencio que embarga mi habitación por las noches. Claro que el no sabe que yo conozco quien es el verdaderamente.
En este momento oigo su voz viene cantando aquella canción que tarareaba cuando fue soldado ruso, en la batalla que decidió el destino de Alemania en la segunda guerra mundial. Escucho también el sonido de las llaves que guarda celosamente en el costado de su pantalón. en el momento en que lo siento acercarse a mi habitación guardo los libros y me hago el dormido así me ahorro el escuchar su conocido discurso que habla mentiras y engaños que graciosamente se transforman en mi interior en fantasías e irrealidades que son suplidos inmediatamente por la bondad sincera de mis convicciones...

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